domingo, 7 de febrero de 2016

un amigo con 40

Cuando era muy chiquito, tenía un cuaderno de dibujo, todas eran hoja agujereadas en sus dos costados, y unidas entre ellas por un troquelado, hablo de aquellas que lanzaban las empresas, sus impresoras o el periférico que en aquella época se utilizara, eran blancas por una cara y rayadas en dos tonos (celeste y verde clarito, por ejemplo). Como me gustaba crear sobre ellas.

Luego, entre los 10 y 11 años, mi primera escapada en colectivo, no me lo olvido más, parecía que eramos criminales cuando subimos a ese viejo Mercedes 1114, fue para desplazarnos, y lo digo en plural porque juntamos valor con Pablito Badié, hasta el Parque Alem, allí, no sé como, nos enteramos que daban clases gratuitas de plástica. Él acudió unos cuantos meses, yo, creo que fueron como 2 temporadas. Me gustaba dibujar.

Pero una vez uno entra en la secundaria, y más, una exigente, doble turno 3 días a la semana, uno tiene que dejar cosas de lado, siempre recuerdo que yo no era tan malo jugando al fútbol, quizás un poco cagón en el arco o al cabecear, pero luego de la secundaría solo pude ser un lateral mediocre, la falta de práctica y el ascenso de otros troncos hicieron que pierda fuelle. Lo mismo me pasó con el dibujo.

Hoy, venís a romperme las bolas con esto de un cuadro y me toca la moral, ahora me da respeto aquello que hace tiempo no practico, por eso con las letras no me pasa y puedo seguir toda la tarde contándote anécdotas.

Que te puedo decir de esta rara relación "adoptada", no deja de parecerme raro que, siendo los dos amigos de otro en común, nuestra complicidad se haya ramificado por otro lado, como aquellas plantas que nos demuestran la fuerza de la naturaleza y resquebrajan veredas o aparecen por sitios inhóspitos, como un potus fisgón.

Una vez aceptada esta parte, esta casi década juntos, me ha demostrado varios valores, muchos códigos, y cosas que hacen que seguir dándote un abrazo, burlar las distancias para lograrlo, valga merecidamente la pena.

Pocas personas, con apenas confianza te abren la puerta de par en par, ya sea para un asado, unos mates o unas navidades. Te llevan a algún sitio, se desnudan de recuerdos, o simple y llanamente te ofrecen todo lo que tienen, brindándote un apoyo, un respaldo, que hacen que te sientas confiado para afrontar la carga que te toca llevar.

Hoy, todo esto ya se nos fue de la mano, sintiendo la necesidad de vernos pronto, hablarnos seguido, o que nuestros futuros se junten allá en el horizonte, repito, es rara sensación, solo me suele pasar con aquellos que me entran en los dedos de una mano. Algo habré hecho para llevarme este premio, la vida no suele regalar amistades después de los 20, más bien te las empieza a quitar.

Bueno Brontes, cortemosla, al final vamo´ a parecer putos, te deseo que este nuevo dorsal que vas a llevar los próximos 10 años, lo lleves con la misma fuerza y optimismo que hasta ahora, un poco menos de acelerador, un poco menos de soberbia, solo la necesaria en momentos puntuales, y todo te va a seguir yendo de perlas, ojo, el camino no fue fácil, el que viene tampoco, pero somos unos gauchos con muchos huevos, así que a remontar este barrilete bien alto, colorido y con mucho viento de cola.

Se te quiere con el respeto y la admiración hacía un hermano mayor.

jueves, 4 de febrero de 2016

Borrador de postal para Manolo

Voy a dejar constancia por acá que mi carta es más larga y te la mandé de forma digital, no seas judío, imprimila en la empresa, yo no tuve tiempo de tanto pintar.
Aprovecho este espacio, también, para expresarte que, lo que uno se dice bajo los efectos del alcohol, como en navidades o año nuevo, ya sean puteadas, o como últimamente nos pasa, esos deseos fervientes de felicidad y prosperidad para el otro, son de verdad, los borrachos siempre lo hacen, al final, muchos hijos y miles de parejas a surgido gracias a este inhibidor.
Que lejos nos quedaba aquello de cuarentón y que cerca lo tenemos ahora.
Por mi parte, si llego en tu forma, con pocas deudas y con una rubia espectacular como la tuya (hablo de Sara che! no seas mal pensado) me doy por hecho!
Te abrazo profundamente, en este gran día, por muchos momentos más por compartir, por muchas más carpas que habitar, y por seguir encandilandonos con un fueguito y una copa, mientras me hago el boludo y te digo: te quiero.