lunes, 2 de julio de 2018

Erve71to

Agarré un par de alas de un gorrión que descansaba en el cordón con las tripas al aire.
Me las ingenie para atarlas bien, subí acá arriba, donde moraba un conde, y me tiré para allá.
Es gracioso como vuelve a formarse la silueta de un camino ya transitado hace tiempo.
El camino fue largo, pues el océano parece no tener fin.
llegué de pedo, las coordenadas son nuevas pero acá estoy, en el marco exterior de tu ventana.
Es temprano y recién te estás despertando, creo reconocer esa vieja cafetera sobre la mesada, la pava está en su sitio, un punto antes del hervor, tapa dada vuelta y el pocillito de latón que encaja perfectamente en ese nido.
Te veo abriendo el diario de ayer, las noticias nunca son buenas, creo que entre línea y línea te vas esparciendo, puede que te acuerdes una frase de la película que fuiste ayer a ver al cine, o que los renglones hagan taxidermia de un desgraciado suceso donde un motorista hizo su última curva.
Quizás ahí, venga a tu pensamiento mi imagen, quizás por eso ya perdiste la línea por la que ibas.
Yo estoy bien, gracias. Me reconstruyo cada día.
Será que te pone melancólico esta cifra que llega para quitarle el celofán y estrenar, o quizás que nunca uno se vio con la edad que tiene, y si lo hizo, no acertó a como realmente la escena se está filmando.
Te veías con 71? yo no me veo con 40 y estoy a la vuelta.
En esto, todo esto, pensaba en decirte, todo disfrazado aun con estas alas, que gracias.
Gracias por hacerme fácil lo difícil.
Por no obstaculizar mis sentimientos.
Por no pedir, como quizás yo sí.
Por aguantar los trapos siempre.
Gracias por extrañarme desde el silencio de esta pared hueca que es la distancia.
Gracias por quererme con mi locura galopante y mi frialdad vertiginosa.
No sé si quise ser así, o simplemente sucedió, de la misma y bruta forma que le pasa a esos soldados.
Gracias por enseñarme algo, siempre que pudiste.
Gracias por soportar mis rabias (que las sigo teniendo, pero bue, mucho no se puede hacer)
Gracias por dibujarme en la falta de mi, allá.
Sé que lo haces cada vez que podes, y me siento valorado.
Vos también sos valioso para mi, siempre lo fuiste.
Parece como que muchas cosas no existen hasta que las decimos, pero tácitas existen, y uno se siente refugiado en ese estado de tranquilidad mental que da el saber que las cosas no las haces mal. que no sos mal tipo, que no jodes a nadie, y que hay ganas de latir.
Se hace difícil por ahí todo esto llevarlo a una charla, cada uno se empoderó de un personaje, ahora es mas jodido sacarse el maquillaje.
Veo que tenes un par de manos para jugar.
Voy a agarrar vuelo antes de que se pudra este invento, voy a volver a la paz de mi presente, al equilibrio que me hace pasar las horas de la mejor manera, y vos fijate que no hablo de felicidad, porque cada vez que le pones el titulo ese a algo que anhelas o deseas, cuando lo logras, pasa a ser un cachivache mas en el fondo de tu alma, para ir a buscar un juguete nuevo, así que, para que gafar palabras? Amor, felicidad, ya se destiñeron en mi diccionario, de la misma forma que aquella camiseta de rock que tanto te gustaba y ya no luce negra.
Prefiero lealtad, código, estabilidad, serenidad, cariño, sueños, disfrute, evasión, como para darte un pantallazo de las que uso por ahora.
Otra vez debajo mío el frescor de ese azul interminable.
Mi pecho sigue caliente como cada vez que me comunico, así nunca me voy a petrificar.
No es porque vos seas más viejo que te imagino a veces no estando y eso me mata, es porque creo que justamente se trata de lo contrario, de imaginarte vivo y saber que esto tiene que llegar. No soy tan metafísico como para aceptar que cuando yo falte, o vos, vamos a escucharnos o leernos, mucho menos abrazarnos.
Papá te quiero, feliz edad.