sábado, 20 de noviembre de 2021

Playlist

 

Hacía rato venía con ganas pero sin tiempo, es increíble, y por más que te lo cuenten, un hijo que cambia la vida, no te la modifica, te la cambia, como cuando cambiábamos figuritas en el recreo. Ligado sin querer, a esto, estoy en una época de cambio, como quien arranca un libro nuevo, el tercero de una trilogía (de momento) que tiene un hilo conductor (llamémosle mi vida) y que se puede segmentar perfectamente, como ya lo hizo el Nano alguna vez, cada 20 años. El tango también habla de 20.

Y estas dos cosas hablan de música, y a esto venía yo, y las figuritas también. En el efervescente momento que están viviendo los discos de vinilos hoy por hoy, me veo metido de lleno. Me metieron de "prepo", yo no quería, sabía que había un riesgo enorme, la necesidad de un espacio, y el cambio en la escucha. Dicho esto y aceptadas la reglas de juego, en estos dos años locos, el del Covid, y el de Gael, le encontré la vuelta al goce, compro vinilos que me gustan, y los saboreo, pero también compro lotes de vinilos, como si de paquetes de figuritas se trataran y disfruto del riesgo al repetido, al abrir mal el sobrecito y romperle una puntita (extrapolado a los discos sería encontrarme uno rayado) y la adrenalina de que te toque, si bien no la figurita difícil, una de ellas, puede que sea para atesorar como me pasó con "The Dark Side of the Moon" o pueden ser para vender como el 80 por ciento de mi colección actual.

Y hablando de dicenios, voy a lo que iba sin más demora. Estaba pensando en hacer una playlist para mi cumple, si, por Spotify (no tengo vergüenza de decir que también hago uso, muy buen uso, de su servicio). Para ello iba a poner otra vez en jaque a mi memoria (y van...), la iba a empezar por el orden en que la música me llegó.

No fue tarea fácil, pero algo logré y en esa búsqueda, me regocijé con los hallazgos, así que algunos los voy a plasmar acá:

Pasando por alto la música de series como "El chavo", "los pitufos" o cualquier otra cosa que la tele me haya dado, voy a empezar por "La botica del Tango" conducida por Eduardo Bergara Leumann, un programa que sonaba en la cocina-comedor de mis abuelos, entre aquel viejo y robusto Motorola y esos sofás verdes con preciosas cenefas que aún hoy, el olor de esos muebles me invade. Allí pasaban todo tipo de artistas del palo y era lo que mis abuelos escuchaban (porque la tele se escuchaba), mientras me cuidaban esperando que mis padres llegaran de trabajar.

Cabe destacar que de ellos era el tocadiscos que mi madre volvió a tener cuando nos instalamos en Rosario, un combinado Winco increíble, precioso, enorme, de categoría, como se hacían las cosas antes. Y de allí sí que salieron los cimientos de mi cultura musical.

Recuerdo las portadas de los Carpenters, de Santana (el de la paloma sobre todo y uno blanco), el de Brel con esas 4 letras sobre un cielo azul con nubes, los de Simon & Garfunkel, si el "puente sobre aguas turbulentas", "el graduado" y alguno más. Como no recordar  los de Serrat si a día de hoy pongo uno y se me eriza la piel, claramente, en esta ciudad, y después de tantos años, mas. Manzanita y "eres tu Malaga gitana" que sonaba en fiestas, donde la familia era grande, donde la tía Mariana era un "hembrón" como decía mi vieja, y al tío Humberto se le giraba el bigote por bailar con ellas dos. Sui Generis, a los que no entendía. Almendra, aquel disco robado. The Beatles. Aquí con ellos tengo un capítulo aparte que voy a plantear más adelante. Marina Rossell no sé si venía en cassette, pero hablaba raro, pero retumbaba en mi interior, hoy viendo como educan a Gael en catalán lo entiendo más. En casetes también venían Bonnie Tyler y su eclipse del corazón. Pero muchos de ellos eran iguales, o bien decían "Joker" o "TDK". Ahora ya no sorprenden estas dos palabras como me intrigaban a mí, o si, por su escasa existencia. En ellos había miles de programas nocturnos grabados por mi padre en las noches de Barcelona, con mucha música en francés, si, música que a mí me entraba menos, pero que hoy al escuchar Aznavour, Piaf o Mustaki siento cosquillitas. También hablaré del momento en que yo descubro al casete.

Pero vamos por parte, como la vida de estos soportes. Es poner los Beatles, los discos primeros, y es un recuerdo directo a bailar con mi mamá, saltar con "Revolution", rockear con "Roll over Beethoven" o "It won´t be long (Yeah yeah yeah yeah)", los tenía pequeñitos (singles) o grandes (LP) y también tenía de uno de ellos, solo, y yo no entendía por qué, pero me gustaba menos, pero igual (luego sabría que los Beatles se habían separado, me llegó tarde la info, que Lennon tenía discos solo -"Juegos de la mente" el nuestro- y más tarde, que un tarado lo había matado, pero yo todavía no sabía lo que era la muerte), para mi seguían juntos y vivos porque en Mafalda también lo estaban y ese era mi mundo.

Cuando ya fui mayor para tener la llave de casa o para ir al centro en colectivo con los de la primaria, lo primero que hice con mis ahorros fue ir a "La Favorita" y comprarme un cassette, lo quería original. Cuando llegué a la parte de música internacional, donde ellos estaban, encontré que había dos que nunca había visto y que eran muy distintos, de hecho no tenían ni siquiera sus flequillos, me puse nervioso, tenía el dinero para los dos, pero, iba a por uno, el resto igual era para pasar la tarde paseando, en los videojuegos, o seguir ahorrando. No pude contenerme (nunca pude y hoy sigo igual) me llevé Revolver y Abbey Road. Estaba muy ansioso por llegar a casa y estrenarlos.

Llegué, los puse, y ... no parecían ellos, no había tanto "yeah yeah". Pensemos que VideoMatch era casi de culto, lo daban a las 12 de la noche, cuando en otros canales ponían "Pausa para la meditación", ellos arrancaban un programa joven y desenfadado, con bloopers (ni idea de que eran hasta ese momento) que nos explotaban la cabeza, y "Twist and Shout" a todo lo que daba. Ver VideoMatch en aquella época era que tenías tele en tu habitación, que tus papás no se enteraban (pobres ingenuos nosotros) y que al otro día te la tenías que bancar en la escuela, pero en los recreos, el que no lo veía, estaba fuera de las charlas y las risas. Yo tenía una tele, que había viajado de España a Argentina y que unos milicos nos la rompieron en la aduana por si traíamos algo raro, nos costó la vida encontrar el repuesto de la pantalla, siempre las cosas nos costaron mucho. La antena de esa TV funcionaba mucho mejor si se le ponía un palito de la ropa en la punta.

Ya tenía Walkman y no paraba de dar vueltas una y otra vez esos dos cassettes, y alguno más que me había apropiado, me partían la cabeza, tanto "Taxman" como "Come Together" y el resto que las seguía en cada ejemplar.

El tocadiscos cada vez se ponía menos y a casa había llegado un equipo "Crown" doble casetera, ecualizador, FM, AM (y pará de contar) que era la bomba. Sí, porque con un doble casetera vos podías grabar. Y ahí empecé a congelar retazos de música para mí, retazos que me gustaban, que me transformaban por completo, que me hacían SENTIR en todo lo extenso de la palabra. En una de aquellas grabaciones tenía en un mismo lado "Cuando un hombre ama a una mujer", "Wonderful World", la famosa de "ghost", la del sombrero de Coker, y misteriosamente, "Rapsodia Bohemia", grabada el día después de que Freddie muriera, el locutor sobreponía su voz al acabar la canción, iba sonando muy bajito "any way the winnnnd blowwwwws" y él decía "único". Me quedó de por vida. El lado B, tenía más joyas, pero esa fue una casualidad increíble, yo no tenía claro todo eso que era, lo de morir, si bien mi abuela ya se había ido, pero sí que recuerdo, siempre me acordaré la noche del 24 de noviembre de 1991 cuando estábamos jugando probablemente a "Ladrón y poli" en el patio de Pachi, y Fito (su padre) lo llamó y le dijo que Freddie había muerto, tanto Ramiro como yo nos mirábamos sin entender la peli. Luego las radios se llenaron de su música, por aquel entonces, una serie con mucho raiting ponía siempre "Friend will be friends".

Eran tiempos de "asaltos" y había que tener mucho material y variado para esas fiestas. No sabíamos qué hacer con las hormonas, medias dormidas, con un pie en los Playmobils por la tarde y por la noche en la casa de Hernán: Asalto. Lo que recuerdo es que había muchos chizitos, mucha Coca, chicas (algo muy raro entre nosotros), y un buen equipo de música. Algún padre que nos vigilaba, y muchos casetes de todos nosotros.

Mi vieja había conseguido que un compañero del psiquiátrico donde trabajaba le grabara "Grandes Exitos 1 y 2" de Queen. Pum. Mi vida no fue la misma.

Por otro lado, siempre estábamos con la música rondándonos, los New Kids on the Blocks fueron una locura, los suecos de Roxette pusieron todo patas arriba, pero lo que de verdad puso todo patas arriba fue la llegada del CD. Y María Laura, la hermana de Pachi, había logrado uno, por ende, él también. Un mar de peleas se sucedieron porque no se lo tocara cuando ella no estaba. Tenían contados compacts, uno era el de Phil Collins (de la calesita), los otros, muy guachos, los de Queen, originales, en hermoso color, nada de escribir los nombres de las canciones en las cajitas de los casetes. "Greatest Hits II" era de un color azul profundo y sus letras do-ra-das. Tenía "Innuendo" también. En lo nacional, nosotros escuchábamos una y otra vez "Es tuya Juan" porque fue el primer rap que escuchamos en español, obviamente, cada uno en casa escuchaba su Charly, su León Gieco o su Spinetta según sus padres pusieran, pero Fito, que venía de unos discos densos por cosas personales, iluminó todo con "El amor después del amor". La gira presentación fue mi primer concierto en vivo, pagando, y con chicos de mi edad, en Provincial. Obviando a la negra Sosa en el monumento, gratis (palabra maravillosa) y León Gieco de la misma hermosa forma, en el mismo emblemático lugar de la mano de la madre de Carlitos.

1994 fue nuestra graduación de la primaria, sonaba "Brillante sobre el mic" y "La rueda mágica" pero antes de llegar ahí, yo ya había pasado y vuelto de los Guns ´n´ fucking Roses, me hice tan fan, con tanta fuerza, como luego me deshice. Me lo comí todo, desde "Lies" hasta los maravillosos "Use for illusion 1 y 2", pasando por "apetito por la destrucción" y todos los discos truchos que se podían conseguir, grabados ilegalmente en conciertos o estudios, pero que se vendían legalmente ( lo que hoy se dice un Bootleg). El álbum negro de Metallica y toda la Mtv de punta a punta. Esa era nuestra droga más grande, música en imágenes que te traían desde George Michael hasta Nirvana, de Elton John a Depeche Mode, de Inxs a Sinead o´Connors, de Aerosmith a Cramberries, de Kiss a The Cardigans, ya no hubo vuelta atrás.

Por casa sonaban "Tango feroz", Los Rodriguez, Mecano, la colección de revista Noticias de "Rock Nacional", Pavarotti and Friends por Bosnia, Lucio Dalla y "attenti al lupo".

Pero ahí iba el Bunny con sus pelos para arriba, engominados con jabón puro de tocador, con sus Ramones, y sus Sex Pistol, con sus Attaque 77 y sus 2´ (dos minutos). Cada uno de nosotros que tuviera un hermano mayor, iba a tirar para ese lado, o al menos, esa música iba a escuchar en casa, hablamos de fuerza mayor, nunca mejor dicho. Yo no tenía, pero seguía nutriéndome de todo aquello. En un asalto de Pachi sonó "Light my Fire", explosión total en mi cabeza, de donde había salido aquella banda nueva? Pobre iluso. Nueva. A los Doors los retome con mucha fuerza mucho después y para siempre.

Con el viaje a Carlos Paz de fin de curso llegaron los casetes que se vendían en la ruta, "Big yuyo" de Los Pericos, Los Enanitos Verdes y "no te peines en la cama", o Vilma Palma e Vampiro, casetes truchos, "pero buen camaleón" diría el Indio por aquella época, y a mí no me entraría su música hasta más tarde.

Llegó el tiempo de la secundaría. Ahí te alejas un poco de los amigos del barrio, y empezas una nueva vida con todos desconocidos (al menos ese fue mi caso). De aquella época, además de que Mtv seguía fuerte, recuerdo: Hermética, Almafuerte, los Rollings un poco más modernos, Molotov, Illya Kuriaky a full, más Metallica. Para ese entonces nosotros ya teníamos un "minicomponente" con bandeja de CD y a su vez, mi primera computadora.

En el 97 se fue todo al carajo, llegaron los Piojos (3er Arco), la Renga (El final es donde partí), redescubrimos los Redondos, Los caballeros de la quema, y hasta "sin gamulán" de Los abuelos de la nada. Ya íbamos a discotecas, y nuestra cultura musical tenía que ser más amplia, las hormonas lo mandaban. Llegó la cumbia como herramienta de acercamiento, también aquel tecno para mover los brazos como un robot. Me quedé con la primera opción aunque probé de las dos, eso quería decir ir a Caribbean o al Ku, a Contrabando o La embajada, a Pancho Villa o al Inferno.

Entre todo ese desmadre, una buena tarde por el centro, paso por "El pez volador" (Libros y revistas usadas) y veo que también vendían Cds usados, me topo con "Sheer Heart attack". Si bien "Grandes éxitos 1" traía "Killer Queen", nunca en mi vida lo había escuchado entero. Entro, voy al fondo, y un tipo de rulos, entre pelado y con pelo largo, me pregunta si lo quería probar, asentí, lo limpió, lo puso y en todo el local empezó a sonar ese ruido a feria, a circo, silbido, gente, y un "solo" de guitarra que va subiendo de volumen hasta que la batería de Roger invita a Freddie a cantar todo una estrofa en falsete. Casi me muero, me lo llevé enseguida.

Ahí decidí hacerme la colección entera de Queen. Me iba a costar mucha guita, pero de a poco iba ahorrando, llegué a dar clases particulares de informática, o lavar copas.

Para entonces también se iba agotando la magia de la secundaria, y volvía el miedo del cambio de etapa, hacerse mayor, trabajar más para ganar más, estudiar en la facultad, y diseñar un futuro. Aunque el mío hacía rato que estaba escrito.

 

El libro 2 se abre junto con las puertas de embarque de Ezeiza. No sé qué música escuché durante aquel vuelo tan psicodélico, pero entre que era la primera vez que volaba, me acababa de despedir de mucha gente querida y había dejado todo mi mundo excepto 20 kilos que lo transportaba en una maleta dentro de la bodega de ese avión, seguramente algo escuché para calmar mis demonios.

Tuve como 3 mudanzas en 3 meses, y para todos esos sitios llevaba la colección casi completa de Queen (Cds originales), un CD comprado trucho, lo que aquí sería el top manta, de U2 "All that you can´t leave behind"(título muy premonitorio), Lenny Kravitz Greatest Hits (trucho también), "Avalancha" de Héroes (rescatado de las locas manos de mi gran amigo Pachi, que por aquella época le daba por tratar muy mal a los CDs.), y varios cassettes donde tenía grabada toda la colección de Queen (completa), eran cassettes de 90 min o 120 min por lado!!! así que entraba mucho. En otro tenía grabado todos los vinilos de los Beatles de casa, estaba muy bueno tener una cadena porque podías grabar desde el plato del tocadiscos a la casetera. Y alguna cosa más que se me escapa.

Al trabajar de noche en un pub en Alcocebre me tuve que impregnar, sin escapatoria, en la música actual española, y también de algunos de sus éxitos, eran tiempos de "Torero" de Chayane, "Aserejé" de las Ketchup, "Morena mía" de Miguel Bosé, y una cosa llamada OT que todo el mundo escuchaba, luego supe lo que era. Una de esas noches escuché al acabar el servicio "a San Fernando" de Manolo y al llegar al departamento se lo dije a mi madre, quién lo volvió a descubrir, ya que no sabía que ahora tocaba fuera de "El último de la fila". Ella se daba con español profundo tipo Niña Pastori, Ketama, Rosa, David Bisbal o lo que sonara en el disco "Verano 2002".

Volví a Barcelona y trabajé en una cafetería, todas las mañanas mientras los croissants leudaban e iba preparando los "bocatas" sonaba: Jaime Urrutia (Dónde estás), U2 (la primera parte de su grandes éxitos y Queen "Made in Heaven", esos tres discos se me grabaron de punta a punta, la suma de ellos era lo que tardaba de que entraba al bar y le daba a las luces  hasta abrir de cara al público.

Luego me mudé cerquita, laboralmente hablando, pasé del Jamaica al Alcampo, y ahí me di fuertemente con Bunbury solista, a los 3 panaderos nos gustaba. Luego Bryan Adams (grandes éxitos), The Cramberries (también compilado), más y mucho U2 (ahí repasé toda su carrera sin obviar ninguno, de hecho, me empezó a gustar mucho un disco de ellos que rompía con lo que antes hacían "Zooropa"). Fuera del trabajo, yo estaba solo y ya había pasado un año desde que había llegado, por tanto empecé a frecuentar las Fiestas Argentinas, no faltaba ni un éxito del Rock Nacional ni una cumbia, y la verdad es que ahí recobré un poco el sentido de aquellas raíces, me aferré mucho a los Piojos que seguían firmes, la Renga parecía estancada, pero seguían sacando discos y sus giras se estiraban hasta acá, como también La Bersuit, por tanto de ellos 3 me nutrí bastante tiempo, conciertos incluidos, a la Renga la sigo escuchando duro y parejo, los otros dos, pasajeramente. La fiesta con el paso del tiempo se parecía a la peli "El día de la marmota", nos ponían exactamente lo mismo, año tras año, y no evolucionabamos, es más, uno podía saber la que venía despues, como si de un disco apreciado se tratara. Unas cosas llevaron a otras y dejé de ir asiduamente, para reencontrarme con esa burbuja del tiempo cada tanto, y así echarla de menos o sorprenderme con una grata sonrisa luego de que un tema muy quemado volviera a pasar por mis orejas, como cuando uno va a una boda o cumple de 15.

Mi cabeza iba dejando entrar otras cosas, cosas que antes no tanto, como Babasonicos (genial), Miranda (raros pero atractivos), Cielo Razzo (muy de Rosario y de Central). Junto a ellos venían del panorama internacional Depeche Mode, Black Eyed Peas (su primer disco fue una locura), Keane, Snow Patrol, Kaiser Chief, unos tímidos Arctic Monkeys, unos potentes Franz Ferdinand. Unas navidades me pegaron duro en Londres The Kooks, acaban de sacar su primer disco y era muy fresco y bello. Todo esto antes del 2006.

Para entonces ya escuchaba de todo, me movía por conciertos en garitos de la ciudad, y obviamente llegaron los festivales y con ellos las mil bandas que traían. Hay que decir que ya sabía que Barcelona era poderosa en muchos aspectos (arte, comida, arquitectura, etc.) pero al ver las bandas que venían, y venían absolutamente todas, te dabas cuenta de que baldosas estabas pisando.

No obstante, por esa época mis oídos descansaban mucho, pero mucho y cada vez más en los Rollings, después de aquel gran "Forty Licks" y de haberlos visto por primera vez en 2003, me partieron el marote. También hacía pie en Led Zeppelin, algo de AC/DC y los Doors como una copita antes de ir a dormir.

En castellano, Calamaro estaba renaciendo, mucho le ayudaron los de la Bersuit, pero también Fito y Fitipaldis, y así que estuve escuchando una buena época a este trío. También Coty y no me sonrojo al decirlo. En un festival (Viña rock) que fui por los Piojos y la Renga, me reenganché por un rato a Rata Blanca. A su vez conocí a Raimundo Amador punto y seguido una locura. Era como un Camarón vivo. Cómo le daba a la guitarra, española y eléctrica y cuánto rock y flamenco a la vez. Unos jovencitos captaron mi atención mientras llovía y esperaba por uno de los grupos argentinos, Pereza, no eran nadie, luego fueron por poco tiempo uno de los abanderados del rock (inexistente) español, para luego ser pop, y como la onomatopeya de un globo al estallar, hicieron plop. Pero en "los amigos de los animales" salían muchas bandas y cantantes muy buenos de la península, me los fui anotando y siguiendo, así salió Amaral, los Delinqüentes, Burning o Carlos Tarque de M Clan. Un ignoto Kevin Johansen también. Era la primera vez que lo escuchaba, sin registrarlo obviamente.

Entre los festivales y que la música ya viajaba a raudales por la red, me llevaron a dar con White Stripes, Mando Diao, Kasabian, Kings of Leon, y The Strokes.

El blues siempre sonó, pero por terceros, si metes un disco del inicio Stone, salen clásicos del blues, si pones a Tina, Elvis o  The Black Keys, también, pero la llegaba de Spotify lo cambió todo para siempre, ahora podías escuchar lo que quisieras, y algunas cosas se "linkeaban" con otras y así el panorama musical se ramificaba hasta el infinito.

El blues empezó a tomar control de un espacio de mi vida, Howlin´, Muddy y Hooker. Para luego indagar a través de los Allman Brothers, Johnny Winter, o John Mayall, e ir parar o volver a Eric Clapton, Jeff Beck, Rod Stewart, George Harrison, James Brown, etc., etc., etc., la música ya no tenía fronteras, yo tampoco, y la expansión era irremediable. Con esto, mi lejanía con Argentina era cada vez mayor, pero si volvía a su música era por la locura con Intoxicados, o para redescubrir viejos clásicos como Pappo Blues, Pescado Rabioso, o Vox Dei.

La marihuana necesita azúcar y un determinado tipo de música, claramente Bob Marley tendría que empezar a sonar desde que sacas un papelillo de la cajita, pero con las primeras caladas fueron aterrizando Onda Vaga, mucho reggae desconocido y a la vez profundo como el de Peter Tosh o John Holt, Kevin Johansen y Tame Impala entraban por una ranura.

Si la yerba se consume en espacios abiertos y con música en vivo podés escuchar lo que venga, de Brushy One String hasta Fumaça preta, pasando por Freddy Fat Drops o Za! para acabar cuando cierra el festival escuchando muy buena música electrónica, ahí te vas enterando un poco del porqué de la necesidad de los estupefacientes con esos bits. Y si estás en un lugar cerrado, en lo que antes Mtv reinaba, hoy lo hace Youtube, y mientras los videos más atractivos sean visualmente hablando, más vas a disfrutar y así también descubrir bandas como Polo & Pan o King Gizzard & the Lizard Wizard. Puede que caigas en The Growlers o The DØ y te levantes con las bandas del hijo chino de Lennon (Goastt o Claypol), Foxygen o Future Islands. Beach House, The XX, Unknown Mortal Orchestra, MGMT, Woods, Justice, La Luz, Monophonics, son otros ejemplos de buena música y buenos videos, además de buenos directos.

Para nuestra desgracia, rock hay cada vez menos, te puede sonar algo parecido en Black Rebel Motorcycle Club o The Picturebooks, Night Beats, Radio Moscow o Black Pistol Fire, pero la pregunta es: cuánto tardarán en corromperse o separarse, como les pasaron a: Kings of Leon, Franz Ferdinand, Gossip, o tantos otros. Suerte que aún existen los vinilos de la época. Que el disco está de moda y con ello las reediciones y que Spotify tiene un catálogo para no acabárselo y si eso pasara, ya hay miles de plataformas detrás para recoger el cetro.

No tengo problema, como buen melómano, me lo banco todo, y más desde que tengo tocadiscos. Por la púa puede pasar de todo, como también por las playlist de Spotify, eso sí, el gusto que da detener un momento la vida, esta agitada vida, para disfrutar de unos veintipocos minutos por lado de algo que te gusta y además tiene frito y sabor a viejo, no tiene precio. No me quise meter porque sabía que iba a perder la cabeza, ahora pienso que perdí oportunidades, pero todo llega cuando toca.

Hace un año, en pleno confinamiento nos reinventamos por las tardes con la música, hicimos de una hora, la anterior a los aplausos, la hora del baile, y allí la pasamos bárbaro con Sofi Tukker, Cage the elephant, Metronomy o cualquier video realmente entretenido. Hubo tardes de rock, de rock nacional, de popurrí o remember Classics.

Ya no voy a festivales, uno por el virus, otra porque aún no están preparados (o no estamos), y otra porque llegó Gael. El 31 de diciembre del año pasado, estábamos pasándola realmente mal y con el susto propio de la llegada del día esperado ( esperado y no tanto cuando lo tienes delante de tus narices), tuvimos que ponernos a bailar la danza de la "dilatación y respiración" y para ello nos hicieron compañía las mejores baladas de los Beatles y John Lennon.

Se extrañan las Merces multitudinarias, los viajes descabezados como aquel que fuimos hasta Gredos para ver a John Fogerty, el que llegamos casi hasta Marbella, sin nunca haber hecho más de 100 kms con la Harley solo para ver a los Black Keys, subirte a un avión para ver a los Rolling Stones en Estocolmo, Amsterdam o donde toquen. Cruzar el estado español para 45 minutos de rock argentino de la mano de Guasones, conocer Valencia por los Piojos, Albacete por la Renga, Mataró por Bersuit, estos últimos no son comparables con los primeros, pero reflejan el nivel de locura que uno puede llegar a tener por la música. He tenido la suerte de ver muchos conciertos en vivo, dentro de los que destaco RHCP, ZZ Top, AC/DC, Johnny Winter un par de días antes de morir, el resto de Queen, Charly Garcia, Robert Plant, Iggy Pop, y unos arruinados Guns and Roses que terminaron de dinamitar lo que me quedaba de buenos recuerdos de sus canciones. Prometí no volver a ver bandas acabadas, pero quiero ver a Rod Stewart, a Elton, Paul, Ringo, Bob, Jagger, Keith y una lista interminable de dinosaurios que siguen subiendose a los escenarios. Prometí no ir más a festivales, pero, podré resistirme?

El nene hoy por hoy se duerme con Ac/Dc, Queen, The Last Shadow Puppets, Polo & Pan, y necesariamente con Creedence (una banda silenciosa pero que está con uno desde toda la vida). Cuando ya está drogui guían sus sueños Roy Orbison, The Platters, Elvis, Beach Boys (sobre todo Pet Sound), Pink Floyd (sobre todo los psicodélicos de los años de Syd), David Bowie (clásicos por todo lo alto) y Stevie Wonder.

Realmente le hemos puesto de todo, y es una locura ver cómo reacciona a cada cosa, pero lo es sobre todo más cuando ves que algo muy tuyo como Queen lo mece y lo enriquece desde tan pequeño, y yo al lado, con un nudo en la garganta y los ojos chispeantes.

viernes, 2 de julio de 2021

Feliz-Edad / Feliz-Edades

 


 

Desde hace un tiempo largo, en realidad todo empieza a ser desde hace un tiempo largo, que nos saludamos así, entre nosotros, y probablemente lo prolonguemos a los más queridos (cumpas, primos y otras yuntas). Digo que no desde siempre porque tengo pruebas, que como buen detective, siempre hay que tener y como buen ladrón, que no falte una coartada.

En tu caso me puse a repasar este tema y ya tienes varias y felices, yo te voy a enumerar un par que encontré, pero posiblemente, siendo Ud. el protagonista, quizás sepa de más:

*De bebé, regalando sonrisas sin saberlo, contagiando alegría sin quererlo, con poca memoria de aquellos días, más nutrientes que imágenes. Escenas que seguramente el subconsciente guarde bajo llave para cada tanto sacar algo a relucir, lo sepamos o no.

*Niñez, captando algo más todo, viendo que al rededor había unos parecidos con los que se repartía el amor de los viejos, vamos a llamarles hermanos, aunque muchas veces hacen de amigos, y otras tantas de antagonistas, pero son ahora, un bien en extinción.

*de pendex, o purrete en tu época, ya callejeando, cuidando la economía en clave no arruinar los ropajes remendados, ni los zapatos de domingo, pero con el bate y las aventuras, con las bicis y las fronteras que se ampliaban a otros barrios, de la misma forma que las horas del día se te quedaban cortas y  más de una vez habrás sentido las no tan pequeñas orejas (que hoy heredo) calcinarse ante el resoplo de tu madre al no haber cumplido el toque de queda. Hoy palabra de moda.

*Joven, flequillo, musas, inspiración en el aire y en el humo, la vida brilla más que nunca, los colores hoy lejanos tenían la furia de una tela que nunca se expuso al sol.

*Viene la colimba, el obedecer sin querer, el no estar de acuerdo  con determinadas instituciones, Florinda, los guiños para hacer más fácil la estadía, y volver, peinado distinto, pero con el pecho inflado de que se quemó otra etapa.

*Vienen la rejas y los libros, culturizarse de la misma forma que lo hace un vaso de leche y un plato de alubias, alimentando, no tanto la barriga para darle forma a los músculos, sino el alma para fortalecer la cabeza.

*Pizza Astral, entra Mariel en escena. Un bulín, libertad bajo fianza, y la gesta de un destino que cambiaría para siempre la historia.

*España sin mí. Este capítulo es privado, lo dejo para vos, yo puedo tener retazos de aventuras que el tío Carlitos pudo haberme prestado, otros tantos de mamá, que cuando estaba allá pudo contarme, pero que estando acá, casi hace que los toque.

*Barcelona conmigo, hoy vivo con Gael la belleza de la vida, la primavera de todas las cosas cuando el mundo vive en invierno, y me hago un poco a la idea de la tuya "Aquesta primavera es la meva", esfuerzos, miedos y demás, hoy, yo te lo agradezco.

*Argentina conmigo, casa de la Florida, los rostros de todas aquellas personas que por más de 8 años no habías visto se volvían a dibujar, aunque sobre uno, la goma fue implacable y lo empezó a borrar, dándonos el changüi de verlo en tu caso, de conocerlo y comerle los flanes en el mío. El olor de aquellas tortafritas me llena los ojos de lágrimas de solo acordarme. La pucha que jodido quedarse sin un abuelo tan pronto. Argentina sale campeón, había familia grande, de navidades y mesas engalanadas, de tocadiscos y plenitud.

*Había. Pero llega Mara para empezar a completar los huecos que se van formando en las familias, lleno esos y los que iban a venir. Quizás no pueda llenar el del tío Humberto, pero seguro que ayudó a pasar el amargo trago a la abuela que ya tenía más presencia por nuestro barrio. Conozco la muerte, por suerte estabas de guardia por las noches.

*Argentina sin mí ni má, fueron meses para esta última, para este que te escribe el viaje nunca terminó, solo empezó. Vuestra unión ya agrietada se terminaba de desgastar. Me faltan fotos de aquella chica de 14 años en zoológico, y la abuela rellenando nuestros espacios. Hasta el infinito y más allá.

*Barcelona conmigo, capítulo 2. Fue lo que fue. Hoy tengo gratos recuerdos de muchas peripecias para vernos bien, mientras que quizas por dentro no lo estábamos tanto, y eso terminó por no saber barajarnos mutuamente, pero de los momentos con sol argentino como las fiestas y las niñas, estuvieron magníficos, nuestras soledades siguieron siendo ellas, pero acompañadas de unos mates o facturas.

*Argentina, sin mí (vamos a dejar esto ya como una constante) ni la abu. Imagino algo gris, pero con nuevas cosas gestándose que pintaban arcoíris dentro de tu paraguas, conoces la guita por fin, y la vida nos da esa lección maravillosa de que a veces, no sirve para nada.

*Pero ayuda, como también ayuda ver un pimpollo crecer, y así surgió un amor, a esa edad, y con ese trágico final, pero flotabas hasta el palazo por la espalda, y ese es el mejor recuerdo que te podés llevar, el de volverte a enamorar, distinto a otros amores, pero aumentando el cardio como una cinta de correr.

*Te roban, ya no la guita, sino la moral, y el magnífico romance que tenés por aquel país se trastabilla.

*Las visiones de tus despertares ya son a más altura, un departamento saneado hace de cueva, de refugio, de estudio, de gimnasio, de cine y hasta de consultorio, aunque eso de convertir los pisos en consultorios ya viene de lejos. Cae el COVID como un aguacero, suerte de los techos, de la salud económica y de la mental. Hoy, todos podemos contarla, pero no bajemos los brazos que falta un cacho. De María (je!)

*Sos abuelo, en la distancia y aún sin tacto, pero intacto. Se cuentan las jornadas ante ese encuentro, pero celebremos hoy que tenemos la excusa de las edades por el nacimiento de esta nueva, y llena de ganas de mirarte a la cara y encontrar sus ojos en los tuyos.

Gestemos la próxima, hasta entonces, te quiero, con la nostalgia intacta, y el amor en deuda a fuego.

domingo, 9 de mayo de 2021

Júbilo

Hace un año te metía en la trampa tecnológica de la videollamada.

Con la excusa de tu cumple (remember "When I´m Sixty Four"), de mi tatuaje nuevo, artístico y lleno de melancolía fruto de mi amor por aquella ciudad, si, en la que te acabas de levantar.

Y recordemos que hablamos de engaño, todo era una estrategia de "zorro viejo" para la noticia que una semana más tarde te iba a dar.

Finalmente, y a fin de año, el regalo llegó, te hice abuela.

Hoy que cumplís otra vez, gracias a Dios, y todas las deidades, veo como se escurre este fútil tiempo, en realidad tiene mucha importancia, pero es tan desgarradoramente fugaz, que parece que el creador nos dejó justitos, ni un poquito de más, y esperemos que ni un poquito de menos.

Con la perspectiva siempre puesta en adelante, pero sin dejar de mirar para atrás, este mes nos lleva inexorablemente al 2002, y de aquello ya hace 19 años. y si me pongo a restar... qué jóvenes éramos la pucha, podíamos con todo lo que nos pusieran delante. Yo sigo con la misma fuerza pero con un grado de madurez superior, espero, creo y veo que vos también, y eso de no bajar los brazos es una de las cosas que tendré que dejarle ver a Gael.

Se me hace raro este tiempo en que no los tengo cerca, ya no por mí, que sí, ni siquiera por él, que al final siendo tan chico, se adapta, si no por uds., por no poder sentirlo en vuestros brazos, no poder olerlo como lo hago yo cada mañana, y no emocionarte con la sonrisa que dadivoso regala a quien ya reconoce.

Y bueno la vida no deja de enseñar, en este momento mío, mil nuevas habilidades estoy aprendiendo a desenvolver, otras a potenciar, pero sobre todo un inmenso poder de ponerme en la piel de otros aunque no estén. Y allí me encuentro con tu padre esperándome en la Florida, en Lino muriéndose (literal) por verme, en el bálsamo que fui para Arminda luego de su pérdida. En la complicidad que logró un solterón como Humberto conmigo. En la paciencia infinita de Elena, sus vestidos y un amor.

Hoy te regalo estas letras, agridulces, si, porque te quiero y extraño. Y porque hay muchas cosas que aunque pase el tiempo, no dejan de parecerme extrañas, como el paso del tiempo.

Quisiera que con una rica copa de vino nos encontremos y te regale el peso de mi hijo en tus brazos, pero hasta entonces solo espero que sea lo más llevadero para vos, que lo quieras como puedas, y que ya el destino se ocupe de ordenarnos los pasos.

Te amo, ayer, hoy y siempre.

 

sábado, 20 de marzo de 2021

Día del padre

 

Luego de dos meses y medios ejerciendo de forma directa sobre el asunto puedo confirmar que la carrera de padre se construye sobre un gran manto de paciencia, amor y responsabilidad.

Necesariamente tengo que decir que me genera ansiedad esta etapa, que sí, que nunca volverá, pero que me dan unas ganas locas de tirarme sobre una alfombra a compartir ese mundo de historias y juguetes.

Dicho esto, la paciencia viene desde el momento en que te dan la noticia, cambian cosas en tu pareja, en tu casa, y obviamente en vos. Dejas de lados muchas cosas, otros te dejan de lado, y un equipo de incondicionales, que ya lo venían siendo, lustran su chapa y salen al campo a darlo todo.

En relación a tu pareja no solo cambia exactamente eso, tu relación, sino que también sus cambios hormonales, corporales y mentales que está sufriendo en la metamorfosis de joven mujer a madre, te dan directamente a vos, y ahí tenés que empezar a surfear olas que no conocías. Ni que decir que el plano sexual cambia drásticamente, en la forma y el tiempo, para bien o para mal, cada uno con sus locuras, a mi me daba más respeto y ternura, a otro igual le diera otro tipo de enfoque.

Amor desde el mismo momento que lo ves sumar volumen en la panza, sin vos sentirlo, hasta que por fin lo sientes, pero se termina de tatuar el sentimiento el mismo día que lo ves salir. La flecha de Cupido te vuelve a atravesar, de punta a punta, y con la misma fuerza que hace tiempo, o más, que no sentías.

Una vez fuera, es una experiencia inexplicable, que solo los padres pasaron y que no te la contaron, no supieron, o no lo pudiste entender en su momento. Luego cada día se vuelve más luminoso y lleno de energía. Un hipo, un movimiento de manos, unos ojos abiertos y ni que decir del día que te sonríe, lo recuerdo se me llenan de lágrimas los ojos. El día que diga mi nombre me meo.

La responsabilidad viene el día tres, cuando sales del hospital y todo está en tus manos, nunca mejor dicho. Si come, si lo higienizas, si duerme, si respira, si tiene frío, si vomita mucho, si le prestas la atención suficiente, si haces bien en dejarlo en brazos de otros, si lo visitan, si lo hacen con mascarilla, si le invaden su mundo con muchas fotos, si haces bien en sacarlo con lluvia, si llevarlo a un bar es indicado, y un largo etcétera que no muere en la alimentación y las vacunas.

Luego de un tiempo raro, donde veo familiares de la madre muy cerca y los míos de sangre más lejos, pude experimentar la llegada de un emisario. Le regalamos el pasaje a mi hermana para que "disfrutara" de esta primera etapa. Y pongo comillas porque si a uno le gusta dormir de corrido (a quién no?) no es buena idea instalarte en la misma casa de unos padres primerizos que tienen un hijo con cólicos. Nadie sabe bien que esta palabra hasta que no tiene un hijo con estos dolores. Nosotros nos apretamos la agenda, hicimos un hueco en nuestro día a días tan novedoso, y ella se comió 30 días con todas sus noches fragmentadas en 3 cachitos.

En tan grato recorrido, recordé más aún, muchos capítulos de nuestra infancia, que me acercó mucho a mis padres que paradójicamente están más lejos que nunca y por tiempo indeterminado. Pero están.

Se fue y por dos días me sentí muy vacio, al tercero la rutina demandante, hizo que volviera sobre mis rieles. Es muy importante tener algún familiar cerca, no es de vida o muerte, pero es bello, afectuoso y tranquilizador.

Una conclusión ya sabida llegó a mí: sin las madres no habría padres.

Y hasta que la ciencia no lo cambie seguirá siendo así.

En primer lugar y escalando las ramas del árbol genealógico, sin tu madre hoy no estarías.

En segundo lugar, en este presente, sin mi novia, hoy su madre, yo no sería padre.

Por más que cualquier abierto de mente me lo quiera refutar hablándome de parejas LGTB, repito, sin ese útero, de momento, no seríamos padres. Por tanto, esa figura materna, por más vientre en alquiler que haya, existe desde el minuto uno que alimenta a ese feto por el cordón umbilical. Luego podemos discutir de la palabra madre y padre que a muchos les queda grande. Porque solo con estar no basta.

Este día tan emocionante e importante que viví ayer se lo debo en principio a tres personas, Mariel, Clara y obviamente Gael.

Gracias.

 

Por cierto, un fraternal y afectuoso saludo a mi padre a quien amo profundamente.