Ya está,
ya gané, me pego la vuelta.
Si todo
fuera tan fácil.
Hoy, hace 10 años.
Llenaría
hojas de historias transcurridas en ese tiempo, podría al fin terminar un
libro, pero al parecer solo valen las no vividas. Tiene más fuerza ese fundido
a negro y aquellas voz en off que no el color mi colección de colecciones.
Por
supuesto que es simbólico y que podría escribir cualquier otro día, cualquier
otro año, pero somos hijos del rigor y huérfanos (además de la derrota) de las
costumbres.
Queremos
despegarnos de lo establecido, pero está todo tan calculado que las vidas que
hacen algo distinto y van a parar a letras de un periodista en decadencia o una
buena película poco original, no me parecen más que algo irreal, a veces lo
inalcanzable me parece fuera de este mundo como si el globo fuera cuadrado y
pequeño, la frontera hasta donde puede llegar un ciclomotor.
Hablando
de mecánica, que me habrá empujado a seguir bombeando por aca, quien hizo de
este coche algo con un gran espejo retrovisor pero sin marcha atrás, como si la
única forma de volver sería persiguiendo al sol.
Confieso
que he vivido, me hace tanta gracia el titulo, como si ahora, mientras le das a
las teclas no lo estés haciendo, como si se revalorizaría después de esto,
cuando aquel telón nos dé de lleno en la calvorota y las sombras sean todas por
descubrir.
A veces
cuando veo al mundo tan pesimista, como podría ser esta gris tarde que me tiene
pobre de movimientos, rico de deudas y agraciado con la bendición de un termo,
el cacharro con la bombilla y un buen compilado de canciones que me hablen en
el idioma que solo percibo y no decodifico al segundo, intento volver hacia los
pies de los que ya vivieron más y me lleva a sus desazones, sus quereres y no
poderes, pero sobre todo a su continuar porque nada se queda ahí, nada se
transforma, les juro que es un ejercicio muy difícil de ejecutar, pero lo
intento, tanto o más que mis movimientos por la producción propia. Me siento en
ese partido de truco donde no podes arriesgar demasiado y no porque en juego
esté una gran cantidad, sino por el mismo fuego que el propio. No perder.
Y así
me siento, no pierdo.
Por
momentos muy afortunado (y eso es malo, cuando uno se acomoda no sé si sabrá
colocar la derrota, pero todo está para experimentarlo), mi balance es positivo,
no cuento el vuelto siempre es de más. Con una capacidad distinta para afrontar
situaciones que están dibujándose aun en el destino, como si te sentaras al
lado del que está manchando el lienzo y podrías pasarle sin dudar el color en
que está pensando.
También
algunas situaciones se están volviendo inexpresivas, sin contenido, y eso
necesita otro grado para adaptarse, hasta ahí no llegué.
Que
buenos los analgésicos para el alma que tengo a disposición.
Desde
ya que toda esta prosa no es más que un agradecimiento al estar, porque ha sido
costoso llegar hasta acá, con vos.
Y te hablo a vos que me lees y sos mi novia,
mi mujer, mi compañera, mi futuro, mis palpitaciones más secretas.
A vos que sos mi hermana, que sos mi deuda,
que sos la falencia, mi mayor perdida pero mi mejor inversión, vos que siempre
estuviste ahí a sabiendas que yo no, a vos que me haces lagrimear más de lo que
te imaginas, a vos que sin vos yo no sería yo, a vos que silenciosa llevas una
mochila que no te deja volar, a vos que me vas a cebar mates cuando ya nada sea
nuestro hoy, tan feliz sin darnos cuenta.
A vos
que llenas de palabras mi teléfono, a vos que te imagino desde mil horas
haciendo algo por burlar todo esto como alquimista loco que siempre te creí, a
vos que por más que me enoje no hago más que desear que nunca se apaguen las
letras que tu corazón dicta.
A vos
que criaste mi corazón cuando aun no estaba hecho, a vos que me diste la mano
cuando la necesité, a vos que como la historia marca voy amar todo lo que mi
vida me permita, a vos que veo luchar, a vos que no es tu culpa que mis pies
dibujen lo que quieran por donde quiero, a vos que es tu culpa que yo me
deshaga cuando cuelgo el teléfono.
A vos
familiar que ni sé si me lees, a vos que tu misión fue darme algún consejo,
alguna alegría, algún café. A vos que si seguís conmigo y te nombro es porque
me resultas fundamental en la construcción de mi proyecto.
A vos
amigo que andas por aca, o que te moves por allá. Que compartís tantas cosas, a
vos que me escuchas, que descorchas a mi par, que si te tengo cerca el mundo se
para ante nosotros hasta que nos separamos, a vos que si te vuelvo a ver todo
es como ayer con la promesa de un mañana.
Que
buen capítulo!!!