miércoles, 5 de marzo de 2014

De como cumplir un sueño (Parte 1)


Un día me saqué el carnet. Y otro, se sorprendieron de mi decición.
Lo que no sabían es que se venía macerando desde hace un tiempo.
Antes de que acabara la semana de mi victoria, vi un anuncio interesante, y asi, como quien no quiere la cosa, tome nota del sitio, haciendome el desinteresado.
Para el sabado el recorrido ya estaba marcado, 2 tiendas oficiales de HD, y si se podía, nos arrimariamos a la dirección del anuncio en cuestión.
En la primer tienda, la más grande, la de la calle Guell, la que tiene el bar delante, la que te sientes como un motero ni bien entrar, en esa, tuvimos la charla de reconocimiento del terreno.
Los días que iban a tardar en darmela, las leyes españolas y su homologación del asiento trasero (que ha de pagar, como no, el comprador), la limitación del motor, el seguro, el tanque de combustible que los yanquis mandan sin llave y hay que comprar otro tapón. Todo eso, y más, fue lo que nos mostró el pobre Gerard.
Tuvo la grandísima amabilidad de mostrarnos un modelo, de hacerme sentirla, y tambien a Clara.
El presupuesto era altísimo, pero el sueño no quería que le rompan su burbuja.
Por una cuestión logística decidimos insertar en el recorrido, fuera de lo previsto, el consecionario donde se encontraba la moto "usada", dejando para lo último la segunda tienda oficial.
Allí, al entrar, nos atendió un tipo simpático y amable, su nombre es Jan. Le preguntamos por la del clasificado, se acercó a la vidriera, y detras de una hermosa y muy voluminosa Victory estaba "ella".
Preciosa. Negro Mate. Manillar ancho. Alforja de cuero con una calavera. Bajita, chanchona. Con un asiento unitario con la cruz de West Coast. Escapes en negro mate, recortados. Y lo menos clásico, el cuenta-kilometros, revoluciones y demas, analógico, fondo negro, letras azules.
Limitada. Asiento homologado. Tapón de tanque de gasolina con llave.
Precio? Eso no se debe preguntar, aprendí, pero confieso que bastante menos que la que habiamos visto hace instantes.
Lista para llevar.
Una cosa importante, el encendido. Le da a la llave y....
Un infarto! El sonido de la moto hace que te mees sin darte cuenta.
El 5.1 surround de casa para ver películas, es de juguete al lado de lo que brama esta bestia.
Cuanta violencia en tan solo 230 kilos. Por favor!
Seguro? No hay problema. Cambio de nombre? No hay problema. Ajustes mecánicos? No hay problema.
No sé en que estaba pensando pero nos fuimos de ahi sin firmar.
Llegabamos a tiempo de visitar el tercer sitio. Faltaban 10 minutos para que cerrara. Pero de mi cabeza no se iba la imagen de la dama que habiamos dejado en el altar.
No hizo falta que entraramos, la cara de la dependienta no invitaba.
Fuimos a Gracia. Tal recorrido merecia una suculenta comida en McDonalds.
A mitad de camino no aguanté más, saque el teléfono móvil, ubiqué a Jan via Whatsapp y le confecé mis ganas. El lunes paso a probarla.

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