martes, 22 de diciembre de 2015

una carta guardada

Lo único, si se me permite, lindo que tiene un incendio, es la voluntad de la gente por acallarlo, y meses más tarde, la fuerza de la naturaleza por salir, por brotar las carbonizadas ramas de los sobrevivientes árboles, o por hacer a un lado la ceniza y dejar paso al pasto, al cesped, a los yuyos, a los hierbajos, que años más tarde, reverberan de verde los prados y sierras.
De aquella mala etapa, de aquella supuesta equivocación en el cobro de una salida, de aquel estupido estatuto, de aquella tontería (y no tanto) del poder del poder y su enriquecimiento absurdo, pudimos sacar algunas cosas buenas.
Horas más tarde de la noticia del aquel manifiesto, todo tejido a nuestras espaldas, y con la pretención de nuestra presencia, nos conectamos, casi pidiendonos permiso, unos a otros, gente que estaba en desacuerdo con los pensamientos del creador de aquel grupo. De la nada salió la disponibilidad, y en un lindo restaurant de Castelldefels, a orillas del mediterráneo, nos dimos cita los renegados.
Fue agradable ver a Javi y Pipo, los únicos con quien yo había hablado, y sus respectivas chicas. A Ramón, con quien rodé hasta el destino, a Luca, del que desconocía su descontento, al sector Penedés, de quienes sabía su negación a continuar con lo otro, pero no imaginaba que se iban a venir a debatir el tema, creo que no me olvido de Eloy, porque aun no se lo habiamos dicho.
Allí reunidos tomamos la decisión de abandonar lo otro, y empezar un nuevo camino juntos, gente que nos caiamos bien mutuamente, sin rollos ni conflictos, y sin dejar de que esto se nos fuera de las manos, con 10 motos basta para hacer rutas divertidas y pasarlo bien.
A los "otros" les cayó como un jarron de agua helada. Pero se creyeron los únicos que podían reunirse a nuestras espaldas. De mala gana aceptaron la rutura, avisandonos que nos ibamos a arrepentir. Un año más tarde, eso no pasó.
Absorvimos a Eloy, con el que me inicié casualmente en el otro grupo, a Dani, un tipo grande que no esta para jugar a indios y vaqueros y mucho menos para volver a la mili, y a otro Ramón. Éste último nos salió rana, y a los dos días volvió a colocarse bajo el paraguas de unos tipos que lo trataban como mascota por no tener una HD. Mejor, él se lo pierde. Siempre nos quedó la duda de traernos a Manuel, y ahí sigue, en la duda.
Hicimos muy pocas salidas a comparación del año anterior, pero les puedo asegurar que las que efectuamos fueron de buena gana, con muy buen rollo, y con ganas de pasar más tiempo o acercarnos más.
Hoy somos un lindo grupito, hay buenas noticias, gente que se ha casado, otros con el banco, y otros van en busca de descendencia.
En medio del asunto se nos sumó Iván, amigo íntimo de Javi, buena onda, linda moto. Y la sorpresa y guinda del pastel es Tony, que aunque haya vendido la moto luego de la operación de caderas que sufrió este año decidió unirse a un grupo con alma.
Estamos todos muy contentos y haciendo la cartita a los reyes para que nos traigan más momentos, mucha comida, y más ruido!

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