martes, 21 de enero de 2014

Chipá

Me disfrace de abrazo. Bajé la escafandra. Y fui yo sin mi.
Dejé parte de mi destino en muchos futuros.
Seguí intentando meter palabras dentro de la música toda la noche.
la maleta me latia.
me dije:
me late la maleta.
Tuve por un segundo y medio la extraña sensación de salir corriendo
a besar mi guitarra.
Ella es solo para ser. Nunca fue bien tocada.
Al menos no por mi.
Las ganas de destapar palabras atropelladas iban a esperarse.
A sucederse.
A aguantarse.

Todo esto que puntuó como queriendole elevar su importancia, lo es.
Aquellos corchos que se perdieron en el yuyo.
Esa piscina virgen y testigo.
Aquel tipo que se levantaba o no.
Dormido boca arriba.
Su sueño y el nuestro.
La lisergia y el limón.
La carne y el calor.
El río, su misteriosa profundidad.
Su velo marrón. Nosotros su cereal.

Fuego y grasa.
Van los caballos, todos bellos y de nadie,
rodean la naranja,
comen de lo verde, se aplastan contra el fondo nublado.
Mañana falta poco,
ahora falta menos
y la mesa del comedor se va poniendo cada vez más fría
las tareas se acumulan.
Las miradas, ya mas dolidas, se van escondiendo.
Lejos pasó el artificio de aquellas veredas
y me devuelvo a mi, como no querer perder nada de aquel sabor,
todo aquello que toqué, que gusté.
los minutos se suceden, el parto esta anunciado.
Nacera una nueva cicatriz en el músculo rojo.

Voy a mil o eso parece?
Creo que se confunden la estela de otros tiempos
con  estas siestas interminables que me llevan a orillas donde no estoy.
siempre es asi.
me meto en la cama por pocas cosas,
busco amor y conocerme,
busco paz sin muerte,
busco otras vidas que no tengo,
busco sentimientos que se escapan en los riscos por los que desciendo.
al final es mas de lo que pensaba y puedo seguir.

Ponele la música,
enganchale el ritmo como cola necesita un barrilete
cruza islas
volá, mirá, comé, queré.
hacelo,
gasto mi última gota de tinta en este punto.

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