miércoles, 2 de abril de 2014

De como controlar la rabia (Parte III)

Y cuando todos los papeles corrían por los prados de la normalidad, una llamada desafortunada golpeó a las puertas de mi movil.
Vamos hablar con equis. Según me enteré, el dueño de una Harley nunca dice lo que le costó, por aquello de que cada una de ellas es distinta y personal, como un hijo, lo vas a amar asi sea el más listo de la clase o un falopero de cuarta. Por tanto, pedí la financiación por la totalidad de la movida, cambio de nombre incluido. A Jan lo contactó la financiera (con la que él hace sus negocios, y que tiene buen respaldo, es de BMW) y le dijo que como en los papeles habiamos puesto que alquilaba y era soltero, tenía mós riesgo que otra clase de hombre. Cuanto me falta??? 1300 euros, justo justo justo lo que había pagado una quincena atras a la tarjeta del Carrefour. Pero justo eh!
Busqué financiación por la totalidad en la Caixa (mi banco de confianza -?¿?¿?¿-), tambien hice la simulación por la cantidad que me faltaba. Fui al super francés a que me recomendaran, que era mejor, pagarlo con la tarjeta o sacar un crédito. Y de todas las alternativas que barajé, la mejor era la primera: pagar xxx con la finciera del concesionario, y los 1300 restantes con la tarjeta de dicho supermercado. Para que el orto no me quedara tan descocido, me regalaron un cheque ahorro por 13 euros. Gracias.
Todo en marcha. Solo quedaba esperar por el llamado positivp de Jan, para poder indicarle las preferencias estéticas y prácticas que tendrían que llevarle a cabo para que me la pueda llevar.
Les conté que el dueño anterior la tenía preciosa?
Tenía un asiento individual con muelles, de cuero y con una cruz tipo West Coast que abarcaba toda su superficie. No tenía puesto el sillín del acompañante (Pa' que?). Tiene unos escapes Vance & Hines recortados, hermosos y muy, muy sonoros. Un filtro Scream Eagle, reluciente y bien vistoso. Un doble faro delantero. Una alforja con la calavera de Harley, unos pedalines más alejados que los de serie, con cruces de adorno. La horquilla distinta, más abierta. El cuentakilómetros digital, fondo negro, números en azul. Guardabarro estético. Manillar recto, plano y largo, bien bajo, con sus espejitos hacia abajo. Etc, Etc, Etc...
Cuando me dieron la buena noticia tenía que hacer dos cosas, una, decidir si le dejaba el escape ruidoso que seguro no pasaría la ITV, y dos, ponerme en la busqueda de la chaqueta, el casco, los guantes, ... lo necesario para subirme y sentirme seguro.

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