domingo, 14 de abril de 2013

Pequeña suicida

 Últimamente, desde hace unos meses en realidad, he notado cierta tristeza en el ambiente, no me refiero a la polución de tapa los cielos, más bien a la sensación que tengo cuando miro a la gente que me cruzo por la calle a los ojos. Esa tristeza ha inundado mi ser y es por ello que ya no miro a nadie, por miedo a morir de pena. A raíz de esto, he notado que evito cada vez más cosas, como por ejemplo hablar, salir e incluso dormir. Esta nueva y negra forma de mirar la vida, ha hecho que piense profundamente en los pros y los contra de vivir. También he pensado en convertirme en vegetal, si pudiese escribir una carta antes de morir, escribiría que me incineraran (me gustaría que no gastaran mucho dinero, así que si quieren aprovechar una fogata de San Juan para meter mi cuerpo ahí y quemarme, pues perfecto), y que enterrasen mis cenizas en algún lugar muy verde, con muchos árboles, flores... No hace falta que se fueran muy lejos, un parque me basta. Me gustaría comprobar si me puedo convertir en árbol, es por ello que pido que me entierren de una forma tan rara, porque normalmente se entierra el cuerpo, no las cenizas.
 Bueno, llevo varios días planeando mi fin, no me relaciono con nadie, mi pareja se esta cansando de vivir un noviazgo en soledad, y me da igual. Mi plan es morir, y ver si puedo ser feliz en otra dimensión o lo mejor sería reencarnarme en un árbol. Tengo claro el por qué de esta decisión, y es que no puedo vivir más soportando las injusticias, además hay que remarcar que soy la peor persona del mundo, en todos los sentidos, ya que me quiero morir sin pensar en las pocas personas que me quieren, no sirvo para trabajar, ni para estudiar, no tengo dinero, no me quieren contratar en ningún lugar. Además también es importante confesar que soy la peor amiga y novia del mundo, pienso constantemente en ser infiel, aunque lo cierto es que nunca se me ha presentado la oportunidad de serlo (así que no he podido poner a prueba mi fidelidad),  me canso muy rápido de las personas que se consideran amigos míos y soy tan crítica que a veces me enfado conmigo misma por ser así.
 Podría cambiar, podría ser distinta, mejor, nada está perdido, pero... la verdad, cambiaría yo pero el mundo seguiría siendo el mismo, seguiría sin encontrar trabajo, sin poder estudiar, seguiría odiando las injusticias. Es más fácil quitarme la vida y terminar con todo.
 Cabe decir, que planee el día de mi suicidio y el día que iba a escribir la carta de suicidio explicando mis motivos y peticiones. La cuestión es que antes de que se pusiera en marcha mi plan, estaba andando por la calle y como he dicho antes, evito mirar a la gente por lo tanto miro siempre al suelo, y fue este hecho que hizo que no viera al cruzar la calle el camión que se precipitaba hacia mí, con tan mala suerte que me impactó de tal forma que morí en el acto. Así son las cosas de la vida, no pude escribir mi carta, no pude explicar a nadie las ganas de suicidarme que tenía, no pude despedirme (eso es lo de menos), no me incineraron, se gastaron mucho dinero en mi funeral...
 Ahora me doy cuenta de que fui egoísta, que en realidad no había ninguna tristeza notable en el ambiente, la gente era feliz, pero al tener yo esa sensación de infelicidad provocada por mí misma, pensé que todos se sentían igual que yo. No puedo decir que haya conseguido lo que pretendía con mi muerte, ni siquiera puedo decir que esté contenta de haber conseguido morir con la ayuda del destino, me arrepiento de haber pensado así.

No hay comentarios:

Publicar un comentario