jueves, 19 de septiembre de 2013

 Ímaginate que un día consigues todo aquello que te propusiste un día, un día en que tu madurez comenzó a brotar por los poros de la piel, aquel día en que decidiste que estudiarías para llegar a ser algo en la vida. Después de todo lo hecho, imagina que te dicen que todos los años aplicados a un sueño no sirven para nada, porque alguien lo decidió así, alguien que por supuesto ni conoces, ni tiene nada que ver con tus sueños salvo que te los destroza, decidiendo por tí si no es suficiente todos los años aplicados para llegar a ser aquello que tanto deseaste ser.
 ¿Por qué aún hay gente que se permite el lujo de decidir por los demás? Hay muchas preguntas que decimos, no tienen respuesta. La respuesta siempre estuvo ahí, no nos atrevemos a responder lo que realmente pensamos por temor a que sea verdad, la verdad en ocasiones puede ser muy cruel y negra como la muerte.
  Una cuestión que se me plantea ahora, es si en el tema del amor, también deciden por nosotros. Cuando nos sentimos abandonados, tristes, decepcionados, o tan deprimidos que ni queremos salir de la cama a afrontar un nuevo día ¿Decidimos nosotros estar así? Quizás lo decidimos igual que decidimos atormentarnos con cuestiones que carecen de importancia.
 Me gustaría aplicar lo que digo o pienso a lo que hago y pienso. Igual que digo que no merece la pena atormentarse por lo no vivido al igual que lo no sufrido, también digo que me atormento por lo que no he vivido y que otros han sufrido, porque esos otros son tan míos como los ojos con los que veo.
 El amor es así, tu sufriste, yo sufro, tu reíste, yo río, tu lloraste, yo lloro, y así succesivamente.

1 comentario:

  1. te entiendo, pero a veces, comprendo que somos como brotes, como una forma de injertos, nos acoplamos a lo que ya esta plantado, y si tenemos suerte, daremos frutos, sino, uno de los dos muere... (que dark my comment!)

    ResponderEliminar