jueves, 21 de marzo de 2013

La importancia de las cosas

 El otro día escuché a una chica con pinta de ... que decía "yo lo siento, pero una persona con 20 años por mucho que haya vivido no es madura", a mí me dio la sensación que se estaba excusando por su pasado, porque por supuesto, ella tendría 27 años mal llevados, ya que aparentaba 35. La cuestión es: ¿qué coño nos creemos en determinados momentos de nuestras vidas? Todos llegamos a decir cosas de las que nos deberíamos de arrepentir. A esa chica yo le diría que hay niños que con sólo 10 años son más maduros que ella, y que porque ella haya sido una cabra loca en su juventud, no quiere decir que todos tengamos que seguir la misma evolución que ella. Me da rabia, porque ella no es la única que se refiere a los niños de 20 años como niños, a esa gente, da la casualidad, que les pasa igual que a esta chica de 27 tirando más pa' 35. Yo me pregunto ¿Hace falta que juzguemos a la gente por todo? Nos calificamos unos a otros según el aspecto, la edad, el sexo, la cara que se tenga en ese momento del día... ¿Llegará el momento en que nos dejemos en paz por fin? 
 Realmente nos necesitamos unos a otros pero no nos damos cuenta, quizás necesitamos esos comentarios de mierda para enfadarnos y así aprender a defender nuestras ideas y sobretodo a nosotros mismos. Todo tiene un porqué, todo tiene un qué, todo tiene algo y no tendría que ser difícil darse cuenta, pero lo es, porque en realidad cada vez pensamos menos en la esencia de las cosas, cada vez damos menos valor a todo... No es nuestra culpa, aunque en realidad es culpa de todos conjuntamente, no individualmente. Ahora tenemos más acceso a todo, la globalización ha supuesto una comunicación directa entre todos y para casi todos, eso ha provocado que demos menos importancia a lo que en realidad realmente lo es, y mucho.
 No me gusta sentirme obligada a hacer algo que realmente no lo es. Tampoco me gusta que me hagan sentir mal por una decisión que he tomado y que en realidad no tienen la más mínima importancia, y sólo porque alguien cree que sí que la tiene, me hace sentir como una mierda por tal de ser real, como deberíamos de ser. ¿Qué pasa? Que si realmente fuesemos sinceros y reales, sería muy complicado convivir, no creo que durasen mucho las parejas, bueno no sé... Realmente yo creo que es algo que deberíamos de probar. Yo por decir lo que siento o lo que pienso, no hay ni una vez que me tenga que llevar una hostia verbal, total, por decir sólo lo que siento de verdad, y ha sido cuando he pensado ¡Vaya puta mierda! Me obligan a ser falsa conmigo y con los demás. Es verdad que la sinceridad debe de ser controlada, porque hay que pensar en la gente que tienes en frente, no se puede hacer daño o romper en trocitos a alguien porque simplemente nos apetezca ser sinceros, hay que ser humano y saber encontrar el momento en el que decir lo que realmente se piensa, con las palabras correctas y siempre por el bien de los demás y por nuestro bien. Yo pienso que la verdad nos hace libres y que también proporciona una visión nueva a los demás y aunque a éstos últimos les duela saber la verdad, sin que lo reconozcan, les estamos abriendo una nueva visión sobre sí mismos.
 No nos gusta la sinceridad, no nos gusta cuando la gente es sincera, nos cuesta ser sinceros, cuesta convivir con la sinceridad, pero realmente, es necesaria para una convivencia pura y satisfactoria.

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